Blanc d’ombra (Marta Carrasco)

Hace trenta años que Camille Claudel (1864-1943) vive internada en un sanatorio. Los muebles de su vida hace tiempo que estan arrinconados, cubiertos de días en blanco. Hoy , a punto de morir, la anciana los mira por última vez. En un veloz recorrido sonoro por  la memoria, la vemos ahora joven, la mirada radiante. La chica descubre en su propio gesto el impulso de la escultura.

Camille se ríe del mundo que la envuelve, habla consigo misma. Está sola. un baile de seducción la tira en brazos de un amante pigmaliónico,  August Rodin, y conjuntamente empiezan a encontrar cuerpos en movimiento dentro de la piedra blanca. Ella se disuelve en el mármol como un terrón de azúcar en un bol de agua; se retuerce en un orgasmo erosivo y se funde en el vacío. Es el inicio de un viaje por los laberientos internos que no conocen fronteras entre razón y locura.

¿Su última exposición? Ese vestido de color fuego que siempre había soñado… Pero percibe la amenaza: quieren robarle el talento! Empieza el delirio. En un arrebato paranoide de impotencia, destruye su obra . Una camisa de fuerza la amarra a la risa, a esa risa rota del deseo. La puerta al mundo se cierra.Y su alma de ceniza se evapora.